Presa Cerrajera
Presa Cerrajera
Durante varios siglos, moros y cristianos convivieron en gran parte de las tierras del país.Cuenta la leyenda que la Presa Cerrajera se construyó a principios del siglo XI, tras la muerte de Almanzor (1002) y desmembrarse el Califato de Córdoba (1030-1040) por las continuas luchas entre diferentes familias pudientes. Fueron muchas las familias mozárabes que abandonaron los territorios árabes y emigraron al Reino de León, asentándose en esta extensa ribera del Río Órbigo, como las familias de Alíatar y Zaida, dos jóvenes moros.
Alíatar pertenecía a la familia de los abencerrajes. Había nacido en Sevilla, a orillas del Guadalquivir, pero su familia y él se trasladaron a vivir a un pueblo llamado Villaviciosa de la Ribera (1 Km al norte del nacimiento del Órbigo). Su padre era el alamín (hoy gobernador o alcalde) de la zona y él estaba al frente de una explotación para extraer oro del Órbigo y de las tierras cercanas.
Zaida era una joven nacida a orillas del Darro y criada en Los Carmenes de Granada, pero por ciertas causas se había trasladado, junto a su familia, a vivir a un pueblo que, en honor a su belleza, tomó el nombre de Villazaida. Ella era hija del alamín de esa zona, situada a unos 50 Km del pueblo de Alíatar.
Alíatar soñaba con una bella joven para sí. Un día emprendió un largo viaje por las orillas de Órbigo, contemplando los espesos bosques que formaban bellos paisajes. Cabalgando en su corcel, Alíatar llegó a Villazaida. Allí vio por primera vez a Zaida, quedó prendado de su belleza y creyó haber encontrado la mujer de sus sueños.
Zaida no correspondía a este amor, por lo que Alíatar tuvo que viajar varias veces a Villazaida hasta que un día decidió declararse a su amada. Ella, no estando aún segura del amor de Alíatar, quiso ponerle a prueba y le impuso una condición casi imposible: “El día que el agua del Río Órbigo -le dijo- pase por delante de mi puerta, corresponderé a tu amor”.
Esta condición era casi imposible de cumplir porque Villazala dista 2 Km del Órbigo y está más alto que el nivel de sus aguas.
Alíatar volvió a Villaviciosa pensando en cómo llevar a cabo dicho proyecto. Se lo comentó a su padre y éste se puso en contacto con los agrimensores (actualmente serían los peritos, capataces o ingenieros agrícolas) y un familiar entendido en la materia.
Pidieron ayuda a los labradores de la zona, pues necesitaban que les cediesen terrenos y les ayudasen con su mano de obra. A cambio podrían regar sus tierras con el agua de la nueva presa. Este fue un tema polémico, ya que algunos pueblos no cedieron sus terrenos, sino que los vendieron. Los pueblos que vendieron sus tierras para el paso del agua tenían que pagar un tributo para poder regar con ella, tributo del cual estaban exentos los pueblos que las habían regalado.
Alíatar, al ver que el proyecto marchaba bien, volvió a hablar con el padre de Zaida y le pidió que le considerase hijo suyo en el momento que el agua pasase por allí.
Zaida, al principio reacia al amor de Alíatar, ahora no dormía y los días se le hacían largos sin las visitas de su amado. Se arrepentía de haberle puesto una condición tan dura y tenía miedo de perderle si él no conseguía aquel milagro. Y todas las mañanas Zaida se asomaba a su ventana con la esperanza de ver el agua pasar y a su amado esperándola.
Un día, cuando mayor era su desesperación, al asomarse a su ventana admiró con gran alegría y emoción el agua que corría a los pies de su casa, pura y cristalina procedente del Órbigo.
Después vio venir a su amado con su familia y un lujoso cortejo. La boda de Alíatar y Zaida se celebró con grandes festejos y los pueblos también celebraron con alegría que por fin podían regar sus campos.
La hermosura de una mujer y el amor de un hombre transformaron el Páramo erial en una frondosa Ribera. Así fue el origen de la Presa Abencerrajera, que tomó este nombre en honor a la familia de Alíatar, perteneciente a los ilustres Abencerrajes. Actualmente, debido a la corrección que deriva con el paso del tiempo, la conocemos como Presa Cerrajera. Asimismo, el pueblo donde vivía Zaida, Villazaida, lo conocemos actualmente como Villazala.
La Presa Cerrajera nace como afluente del río Órbigo, en Villanueva de Carrizo y, tras aportar verdor y riqueza a las tierras por las que pasa, deposita de nuevo sus aguas a dicho río unos metros más al Sur de Azares.
Durante los 40 Km que dura su recorrido se encuentra con Villanueva de Carrizo, Alcoba de la Ribera, Sardonedo, Santa Marina del Rey, Villavante, Acebes del Páramo, Huerga de Frailes, Santa Marinica, Villazala, Valdefuentes del Páramo y Azares del Páramo.
En la presa se construyeron muchos molinos que, junto con el ganado que pastaba los extensos prados regados por la presa y la agricultura, fueron la base de la economía de estos pueblos.
En 1788 existe el siguiente mapa:
Algunas fotos de la Presa Cerrajera a su paso por Alcoba de la Ribera:
Destacar dentro de este apartado otra presa que hay en Alcoba de la Ribera, que es la PRESA CAMELLONA: