Domingo Ramos
DOMINGO DE RAMOS
Con este día iniciamos la semana más importante para los cristianos, la Semana Santa. El Domingo de Ramos los cristianos celebramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. El pueblo aclamba a Jesús con estas palabras: ¡Hosana al hijo de David!¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!.
Ese domingo se celebra con mucha alegría para recordar y aclamar al igual que el pueblo de Jerusalén a Jesús mediante procesiones con palmas y ramos.
Tal fecha en nuestro pueblo se conmemora llevando a la iglesia un ramo, bien de romero o de laurel, o palmas hechas con hojas de palmera secas. El romero junto con el agua bendecida el Domingo de Resurreción son los que luego se usan para bendecir la casa.
Este día todas las personas suelen estrenar ropa nueva, ya que es un día grande. Existe un refrán que dice: “el día de Ramos el que no estrene algo no tiene ni pies ni manos”.
Antes de iniciar la misa, en el portal de la iglesia se realiza la lectura de un breve relato envángelico y se bendicen los ramos para después realizar una procesión con los mismos donde los dos faroles y la cruz van delante para conmemorar una entrada triunfal en la Iglesia.
El domingo de ramos en misa se canta la siguiente canción:
Jesús que triunfante entró
domingo en Jerusalén
por Mesías le aclamó
y todo el pueblo en tropel
a recibirle salió.
Con una pena aquel gozo
aquel triunfar con tristeza
porque el pueblo soberbioso
quitarle la vida intenta
al que antes fue victorioso.
Con muchos ramos y palmas
jazmines y violetas
se le tiraban por la tierra
por donde el Señor pasaba
se abrían todas las puertas.
Fueron muchos los obsequios
y grande recibimiento
de Jesús nuestro amoroso
santo, santo, rey del Cielo
santo repitieron todos.
Y todos en proecsión
le siguieron muy contentos;
no te cause admiración
que hasta los niños de pecho
alababan al Señor.
Con sus lenguas tiernecitas
dejándose de mamar
decían: ¡Viva el Mesías!
que nos viene a resctar
nuestras almas este día.
Con grande triunfo y amor
hasta el templo lo llevaron
y las puertas se cerraron
pero las abrió el Señor:
los judíos se pasmaron.
Dos entradas se le hicieron
con notable variedad
el domingo entró con palmas
y volvió el jueves a entrar
con la manos maniatadas.
Por este raro misterio
dulce pastor de las almas
concedernos la victoria
y llevarnos entre palmas
a gozar de la eterna gloria.