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Costumbres

 Costumbres


De enero a marzo 


Durante estos meses, la gente solía ir a cavar raíces al monte. Al venir el día (al amanecer) la gente salía para el monte, llevaban la merienda, un barril de vino, chorizo, tocino y alguna otra cosa más. Se iba en burra o caballo. Si iban dos, se turnaban para montarse e ir andando. Se cavaban las raíces con el azadón, utensilio al que algunos llamaban “la cruz de plata”. 

A la hora de comer se juntaban varios en un corro y encendían una lumbre, porque en este tiempo hace muchísimo frío.Se cortaba la leña y luego se cavaban los cepos, las raíces. El “arrojio” que era lo que sobraba, se traía para casa para hacer la comida. La leña picada y cortada se juntaba hasta que hubiese un viaje y entonces se iba a buscar con el carro de las vacas. La leña se ataba en fejes. 

Donde se solía realizar este trabajo era en la “Pernilla” o en “La laguna el puerco”, en el monte del término de Cimanes. Este monte estaba lleno de leña, y al repartir el terreno en Quiñones, la gente quería roturarlo para lo que necesitaban que les quitasen la leña y las raíces. La gente de Alcoba iba a buscar leña para el uso doméstico.

La leña se almacenaba en casa y se iba cortando poco a poco. A la hora de transportar la leña, había muchos problemas porque los caminos eran de tierra y los carros se atollaban si había llovido mucho. 

La jornada terminaba cuando se metía el sol, era una jornada muy larga y dura. 

Las mujeres normalmente pasaban este tiempo hilando y tejiendo, excepto algún día que iban 
a ayudar a apañar raíces. 

También era típica de esta época (principios de la primavera) la tarea de barrer los prados. Las hojas que habían caído de los árboles durante el otoño ahora se barrían para dar paso a la hierba nueva. 

De abril a junio 


Entre finales de Marzo y principios de Abril la principal ocupación de la gente de nuestro pueblo consistía en cavar y podar las viñas. 

En Abril se comenzaba a “ralvar”. Ralvar es la primera vez que se araba la tierra. Se araba con una pareja de una vaca y un burro, antes tener una buena pareja de vacas sería como tener hoy un buen tractor. 

Una vez realizada la rielva se pasaba a la “bima”. Bimar es arar por segunda vez el rastrojo, que solía ser por el mes de Mayo. 

El siguiente paso es “terciar”, que, como su propio nombre nos indica, quiere decir arar por tercera vez. 

Este paso de terciar era para dejar descansar la tierra, que se sembraba a dos hojas y cada segundo año (barbecho). 

Otra de las actividades en las que la gente se ocupaba era limpiar los regueros, ya que antes de la parcelación no había regueros de cemento, sino que eran simples surcos más o menos profundos en la tierra. 

Durante el mes de Abril se comenzaba con la bima de la hoja que no iba a dar fruto. 

Mientras se llevaba a cabo la bima de las hojas, las mujeres solían ir con el jajo (azada pequeña) a jajar el güéligo (hierba mala) a las tierras que estaban sembradas de cereales, que servía para dar de comer a los animales. 

Entrado Mayo se sembraba la remolacha. Se hacía un surco no muy profundo con la tiva (arado con estructura de madera) y se tiraba la grana de la remolacha a mano en el surco y se tapaba con los pies. 
La remolacha que se sembraba era forrajera, para darle de comer a los animales. Cuando se empezó a sembrar la remolacha azucarera la gente la comía porque estaba dulce. 

Las habas también se sembraban del mismo modo hacia San Isidro. 

La siega comenzaba antes de San Pedro o unos días después. 

De julio a agosto 

La siega era una tarea muy dura, requería bastante esfuerzo físico. 

La gente se ponía las “abarcas” (zapatos hechos con trozos de caucho) y cogía la hoz para ir a segar todo el día. Cada persona llevaba tres surcos (sucaina) o donde eran muchos se llevaba la parcela entera (astalla). 


A segar iban todos los de la casa. Sólo quedaban los niños, que iban a cuidar las vacas. Se llevaban de merienda un mendrugo de pan, un poco de chorizo, un poco de tocino y un botellín de vino. 


A segar se iba al salir el sol y no se volvía hasta la noche, a veces incluso se quedaba a dormir en las tierras porque era largo el camino para volver a casa y no se podía perder el tiempo en caminar (en este caso alguien iba a casa y les llevaba la cena y el almuerzo). 

Cuando se terminaba la jornada volvía cantando por los caminos. 

La gente que venía de segar cenaba sopas en vino con azúcar. 

El sol calentaba mucho y no había agua, tenían que llevar un cordel y una barrila para sacar agua de los pozos, que salía con mucha porquería para ser bebida. 

Toda la siega luego había que trillarla, tarea que ocupaba bastante tiempo. 

La siega se tiraba en las eras y se trillaba con un trillo tirado por un burro. Los niños se sentaban en el trillo para hacer peso. Después había que separar todo el cereal de la paja con las cribas. 

De septiembre a diciembre 

En Septiembre se recogían las pocas habas blancas que por aquí se sembraban. Esta tarea duraba hasta casi San Froilán. La gente de otras zonas venía a la ribera a comprar habas. 

En Octubre, cuando las tareas eran ya menos intensas, los hombres se dedicaban a hacer pozos e instalar norias para poder regar en la zona de páramo. 

También era época para la vendimia. Para cuidar de que la gente no fuese a coger uvas a otras viñas ajenas había un guarda encargado de vigilar las 24 horas del día y con poder para multar a quien se saltara la ley. 


Las uvas se recogían en talegas y se vaciaban a los carriegos que se llevaban en el carro para las cuevas (bodegas), donde se hacía el vino. La existencia de las cuevas es relativamente reciente, ya que las primeras se comenzaron a construir sobre 1910. antes de existir las cuevas, se pisaba la uva y se hacía el vino en casa

Habiendo pasado la vendimia comenzaba la recolección de la patata. Para recoger las patatas la gente tenía que andar lista, porque en esta época suele empezar a llover y las patatas se pudren fácilmente. 

A finales de Octubre se comenzaba a sembrar el trigo y el centeno temprano, que, en las zonas donde no había regadío, ocupaba casi la totalidad del terreno. 

En Noviembre se recogía la poca remolacha que se sembraba. 

Y en Diciembre la gente de nuevo volvía al monte a buscar leña. 


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